El
espíritu y esencia del reciclado es la disminución del volumen de los residuos
y la optimización de los costos de los materiales utilizados para la
fabricación de nuevos artículos.
Reciclar
botellas de plástico es muy bueno para la conservación del medio ambiente.
Todos tenemos en nuestra mano la posibilidad de hacerlo, es algo que deberíamos
convertir en un hábito para ayudar un poco a cuidar nuestro planeta. Las
botellas de plástico son después de las de vidrio las que más tiempo tardan en
degradarse, tardan entre 100 y 1000 años dependiendo del tamaño y el tipo de
plástico. El plástico está hecho de petróleo y de carbón que no se disuelven.
La comunidad
del Corregimiento de Piedras de Moler, por estar ubicada en la ribera del rio
La Vieja y sus afluentes las Quebradas de los Ángeles y de Barbas, es el
sitio ideal para el descanso y diversión al aire libre. El nivel de afluencia turística está
directamente relacionada con el de contaminación, pues el uso de envases de plástico
y vidrios ha llegado a convertirse en el principal foco de contaminación.
Con el ánimo
de contrarrestar un poco los niveles de contaminación, desde la escuela se
busca dar utilización a estos desechos plásticos. Que mejor forma de hacerlo
que construyendo alimentaderos y bebederos para aves.
Estos alimentaderos
son dispuestos a lo largo del Sendero Ecológico Escolar y son cuidados y
abastecidos por los niños y niñas, con frutos que traen de sus casas.
El proceso
de reutilización del plástico se convierte en una forma de integrar habilidades
y competencias. Cada vez que el niño
construye un alimentador de aves, pone en juego su capacidad para el trazado de
medidas, proporcionalidad, motricidad, coordinación óculo manual, creatividad…
En torno a
esta actividad, se incluyen grandes y pequeños y se generan situaciones de
liderazgos, toma de decisiones, autocuidado y atención y respeto por la vida de
otros seres vivos.
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