“…El juego no es sólo juego infantil. Jugar,
para el niño y
para el adulto... es una forma de utilizar la mente e,
incluso mejor, una actitud sobre cómo utilizar la mente.
Es un marco en el que poner a prueba las cosas, un invernadero
en el que poder combinar pensamiento, lenguaje
y fantasía”. Bruner,
1984
Este
año, en el mes de los niños, el propósito de la Secretaría de Educación
Municipal, es permitir en los niños espacios de juegos. Jugar es muy importante para el desarrollo de los niños: durante años ha
sido la principal ocupación de los pequeños en el tiempo libre, y a lo largo
del tiempo se ha posicionado como el medio para:
·
Facilitar relaciones,
·
Realizar actividad física
·
Generar placer
·
Movilizar al sujeto
·
Desarrollar la
creatividad, la curiosidad y la imaginación,
·
Activar el pensamiento
divergente,
·
Favorecer la comunicación
y la cohesión grupal y
·
Facilitar la convivencia
Así mismo, el juego proporciona
incuestionables beneficios en las áreas de psicomotricidad, inteligencia,
afectividad y sociabilidad.
El juego desarrolla la psicomotricidad de los niños: ¿acaso no lo hacen correr, saltar, bailar o intentar mantener el equilibrio?, a través de esas sencillas acciones ellos descubren nuevas sensaciones, coordinan movimientos y aprenden a controlar sus cuerpos. El juego también potencia la inteligencia y la creatividad, sirve de medio para desarrollar el lenguaje y pensamiento abstracto. Por si fuera poco, estimula la superación personal y ayuda a experimentar el éxito reforzando la autoestima y confianza.
El juego desarrolla la psicomotricidad de los niños: ¿acaso no lo hacen correr, saltar, bailar o intentar mantener el equilibrio?, a través de esas sencillas acciones ellos descubren nuevas sensaciones, coordinan movimientos y aprenden a controlar sus cuerpos. El juego también potencia la inteligencia y la creatividad, sirve de medio para desarrollar el lenguaje y pensamiento abstracto. Por si fuera poco, estimula la superación personal y ayuda a experimentar el éxito reforzando la autoestima y confianza.
Por encima de todo está la capacidad del juego para divertir, y también
para descubrir mundo a través de la diversión. Con el juego y los juguetes los
niños aprenden a tocar, crear, mirar, inventar, compartir, imaginar, soñar,
respetar. Les enseña además a asumir retos, resolver problemas, interiorizar
valores y poner a prueba la creatividad.
Con el juego y los
juguetes los niños asimilan normas y pautas de comportamiento social, se
expresan y se comunican
A través de los juguetes
los pequeños desarrollan lazos afectivos, descubren la alegría,
tristeza, ira (así les ayuda a mantener el equilibrio emocional). Los juguetes
consuelan y acompañan. Eso sí, deben ser seguros y estar fabricados de acuerdo
a las normativas.
La propuesta es Permitir
que los niños jueguen y proporcionarles espacios para que puedan desarrollar
esa actividad tan gratificante. Observar sus expresiones de alegría y
verlos compartir esos momentos tan especiales con sus iguales no tiene precio.
Dedicar también unos minutos a jugar con ellos compartiendo y descendiendo a su
nivel.
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